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El difícil camino para llegar a la escuela en Chad

Kaikai participa en el club de las chicas

Con motivo del 8 de marzo nos asomamos en esta ocasión a las puertas de colegio Foul-Foul en Chad, África, para ver las luchas cotidianas de niñas y jóvenes que se niegan a renunciar a su derecho fundamental de acceder a una educación de calidad. En este país africano solo un 9% de las chicas en edad escolar consigue acabar los estudios de educación secundaria básica y muchas familias priorizan la educación de los hijos varones a la de las niñas y las jóvenes.

Para Kaikai, la educación juega un papel crucial a la hora de cumplir su sueño: convertirse en matrona ya que muchas mujeres de su comunidad que sufren dificultades durante el parto. La joven acude cada día a clase en el colegio Foul-Foul, en la provincia del Lago Chad, al oeste del país. Sus padres no dudan en vender alguna pieza del ganado si hace falta realizar un extra para apoyar los estudios de su hija. 

Sin embargo, miles de niños y niñas se enfrentan a grandes desafíos a la hora de acceder a una educación de calidad o acabar sus estudios en este país en pleno centro de África. Chad es considerado como uno de los países más pobres del mundo. En contextos de emergencia y crisis prolongadas, la educación queda relegada a un segundo plano. 

Entre las múltiples causas de las altas tasas de abandono escolar se encuentran la falta de recursos de las familias, el trabajo infantil y doméstico, los embarazos y matrimonios prematuros y/o forzados, las escasas infraestructuras escolares, los ataques a las escuelas, o la violencia y/o violaciones de camino a clase.
El desplazamiento forzoso es también uno de los factores principales que fomentan el abandono escolar. Más de un millón de personas, nacionales y extranjeras, se encuentran desplazadas dentro del país. Más de la mitad son menores de edad.

Por otro lado, el lago Chad es el epicentro de una de las peores crisis humanitarias del continente. En los últimos seis años, más de 406.000 nacionales chadianos se han visto obligados a abandonar su residencia debido a los ataques de grupos armados o de una acelerada desertificación. En la zona, menos del 10% de los alumnos acaba el ciclo de primaria. 

La menstruación, un tabú escolar

Muchas chicas se ven forzadas a ausentarse del colegio cada mes durante su menstruación a causa de la falta de materiales de higiene menstrual y a los estigmas y tabúes en el entorno escolar sobre la regla y sexualidad femenina. 
Kaikai forma parte del “Clubs de Chicas” de su escuela. Estos grupos cuentan con el apoyo del consorcio formado por el Servicio Jesuita (JRS) Chad, la ONG italiana ACRA y la organización chadiana, CELIAF. Sus integrantes reciben kits menstruales y formación para convertirse en agentes de cambio comunitario. A su vez, el consorcio organiza sesiones de sensibilización para profesorado y comunidades, además de rehabilitar y construir aulas en las provincias del Lago y Logone Oriental, al suroeste del país. 
 “Antes no sabía que era posible ir al cole durante la regla” explica Kaikai, “he visto a chicos burlarse de chicas [que se habían manchado con la regla], pero ya no pueden hacer eso conmigo.” 
A unos 30 kilómetros, en el emplazamiento de personas desplazadas internamente de Fourkoulom, Madou afirma que necesitan un mayor número de compresas reutilizables en los kits: “No siempre podemos ir a lavar los kits menstruales al punto de agua porque no es seguro.”
Ellas son el futuro y el cambio. Y la educación, su principal aliada y mejor herencia. “Nuestros padres y madres no saben leer ni escribir, nosotras leeremos sus documentos” concluye Kaikai.

  • Fuente: Chad: Acceder a educación de calidad durante el desplazamiento, por Irene Galera, JRS  África del Oeste/Grandes Lagos publicado en Revista Mensajero, febrero 2022.
  • Imagen: Irene Galera.