Tejiendo lazos alrededor del agua
Junto al IMCA y EGIBIDE apostamos por la educación como estrategia para la gestión del agua
En el marco de la Semana del Agua celebrada en Vitoria-Gasteiz hemos llevado a cabo diferentes actividades en conjunto con el ciclo de Educación y Control Ambiental (ECA) de Egibide (Vitoria-Gasteiz) y el Instituto Mayor Campesino (Valle del Cauca, Colombia).
El camino entre las 3 organizaciones inició en 2023 cuando decidimos acompañarnos en una temática concreta: la gestión comunitaria del agua. Un bien natural esencial que damos por hecho, pero que en la realidad colombiana requiere la articulación de procesos comunitarios, la dedicación para su cuidado y abastecimiento, y sobre todo la educación para garantizar un uso responsable.
Teniendo la educación como herramienta para contribuir a la gestión comunitaria del agua, hemos acompañado la construcción de propuestas educativas realizadas por alumnado de ECA dirigidas a niños, niñas, jóvenes, personas gestoras del agua, y comunidades que se benefician de los acueductos comunitarios.
Estas propuestas las hemos compartido con el equipo del IMCA, y aprovechando la visita de Cristian Caez, Promotor Social, nos hemos dado un momento para intercambiar algunas ideas acerca de la educación y la gestión del agua.
¿Cómo se trabaja la educación para la justicia socioambiental con las comunidades rurales?
En el IMCA realizamos un acompañamiento integral a las comunidades rurales, y a través de la formación rural buscamos fortalecer sus capacidades teóricas y prácticas. Para ello, vinculamos los conceptos técnicos que son las capacidades que quedan instaladas en las comunidades, con la parte práctica que son las formas y métodos para poner en práctica todos los conocimientos que se vienen trabajando en los talleres sean de corta o larga duración.
Creemos también que es importante siempre tener una mixtura entre temas teórico-prácticos y la espiritualidad. A través de la espiritualidad, se empiezan a generar conocimientos desde el sentir. Entonces los procesos de educación ambiental van más enfocados en que cada comunidad rural puede identificar ¿Cómo siente su territorio? pero también ¿Cómo se lo sueñan?.
¿Por qué crees que es importante trabajar en los centros educativos la educación para la justicia socioambiental?
El trabajo entre centros educativos y comunidades tiene que ir de la mano para fortalecer los procesos de los territorios y las personas. Creo que abordar estos conceptos desde un ámbito más académico nos puede permitir sentar bases para que desde la teoría se alcance un reconocimiento; además, la academia tiene que estar involucrada en los procesos comunitarios porque es la que va a permitir contar con datos y conocimiento acerca de qué puede funcionar o no. Sin embargo, creo que lo más importante de incentivar procesos que vinculen el ámbito educativo con las comunidades, es poder reconocer cómo la evidencia que se encuentra en clase también lo tienen las comunidades por experiencia propia.
¿Qué invitación harías a las personas jóvenes que se encuentran adelantando procesos educativos alrededor del agua y la defensa de los bienes naturales?
Yo invitaría a todas las y los jóvenes a sentir. Hay que empezar a sentir que el agua y los bienes naturales son parte de nuestra vida y, por ende, de una lucha que llevamos interna y externa. Es una lucha interna, el cuidado del agua, porque implica salir del amor propio y ser consciente de muchas prácticas que traemos arraigadas desde hace muchos años, pero también es una lucha externa porque nos implica deconstruir todo el movimiento que hay alrededor de ellas para construir una comunidad consciente y sobre todo perdurable. Necesitamos aprender a pensar cómo cada acción que hacemos se refleja en las demás personas, por ende, necesitamos trabajar todas en conjunta, todas de la mano y caminando hacia un mismo objetivo.