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La primera edición de la Escuela de Ciudadanía Crítica toca su fin

Escuela de Ciudadanía Crítica

En octubre de 2017 arrancaba la primera edición de la Escuela de Ciudadanía Crítica organizada por el Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Deusto, Magis y  ALBOAN y en la que han participado 20 personas. Han sido meses de charlas, formaciones y complicidad en durante los que las personas que integran el grupo han mostrado su interés por la promoción de una ciudadanía responsable, crítica y comprometida. Finaliza la formación y pronto se incorporarán al periodo de prácticas durante el que podrán poner en marcha todo lo compartido durante este tiempo. Le hemos pedido a Jaunarena Elosua, una de las participantes, que nos cuente en primera persona qué ha significado para ella su paso por la Escuela de Ciudadanía Crítica. Hace unos meses un grupo de personas muy diversas empezamos el camino de la Escuela de Ciudadanía Crítica. Ninguna de nosotras sabía lo que iba a pasar, pero todas teníamos un mismo objetivo: reflexionar sobre cuál es nuestro modelo de ciudadanía y cómo hacernos conscientes de nuestra labor como agentes de cambio. Este objetivo se ha visto cumplido en: los momentos compartidos, las reflexiones expresadas, los conceptos analizados, las conversaciones informales, el acompañamiento… Todo esto ha hecho que el aprendizaje haya sido significativo y muy enriquecedor. Cabe destacar que la metodología ha contribuido a ello. Por un lado, momentos de lectura personal han sido de ayuda, pero sobre todo los encuentros para compartir y la convivencia en Loyola han sido extraordinarios. En mi opinión, la propuesta parecía sencilla a priori, pero durante el proceso he tenido la oportunidad de dar un paso más hacia mi autoconocimiento, tarea no siempre fácil cuando tienes la mirada desenfocada hacia la hiperactividad y el mundo te lleva a un ritmo trepidante. Gracias al acompañamiento soy consciente de la importancia de parar y reflexionar, para coger perspectiva del papel que juego como ciudadana del mundo. Los conceptos trabajados: identidad, cultura, democracia, participación, justicia, Derechos Humanos, feminismo, interculturalidad, liderazgo comprometido, dialogo interreligioso… me han ayudado a ordenar mi pensamiento para poder actuar en consecuencia y ser coherente con mí ser ciudadana en este maravilloso mundo, que a veces parece un lugar de locura. Valorando mis expectativas iniciales, me gustaría añadir que se han visto superadas, además de todo lo aprendido y compartido, he tenido la oportunidad de conocer a un grupo de personas maravillosas con las que he generado conexiones para poder compartir y seguir debatiendo cómo con un pensamiento global podemos cambiar el mundo trabajando desde lo local. Para finalizar quiero destacar que las personas inquietas que queremos transformar el mundo tenemos en este proyecto un espacio en el que reponer fuerzas y afianzar posturas para hacer de este mundo un lugar más inclusivo, justo y solidario en el que todas personas seamos felices. Yo por lo menos así lo vivo y tengo la esperanza de que así sea.