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Conmemoramos el Día Internacional de las Personas Refugiadas escuchando testimonios de migración y hospitalidad

Together for Change

El 20 de junio es el Día Internacional de las Personas Refugiadas. En el marco del proyecto europeo Together for Change, desde Fundación Alboan, Fundación Ellacuria, Centro Padre Lasa y Asociación Loiolaetxea nos hemos sumados a las acciones de conmemoración compartiendo online los testimonios de migración y acogida de Fátima, Souad  e Isaac, personas cercanas a nuestras organizaciones.

 

Fátima es Siria. Escuchamos su testimonio con la traducción de Ruba, compañera de Fundación Alboan que le da acompañamiento en el marco del proyecto Loturak. Fátima Llegó a Vitoria-Gasteiz hace 2 años junto a su marido y 4 hijos (2 hijos y 2 hijas).  Desde octubre de 2024 busca sin éxito una vivienda que poder alquilar. Cuando llegó a Vitoria dentro del Sistema de acogida de protección internacional y temporal (SAPIT), la asociación que les acompañaba les asignó un piso de 3 habitaciones. Al cumplirse un año, se les indicó que el uso del piso en exclusividad se acababa, y que deberían compartirlo, y al segundo año se les dijo que debían abandonarlo. Pero el proceso de búsqueda de vivienda sigue sin dar fruto. Las inmobiliarias y personas propietarias dicen que una nómina no es suficiente, no se aceptan la ayudas como ingreso económico, señalan que 6 son demasiadas personas para un piso de tres habitaciones… “No nos quieren”, sentencia Fátima. “Puedo entender la necesidad de demostrar solvencia económica”, dice, “pero si el alquiler sólo puede significar el 40% de los ingresos, me pregunto cuántas familias cobran 2500 euros al mes. Y ¿quién decide que 4 hijos son “demasiados”?” se pregunta.

 

Souad también ha tenido dificultades para conseguir vivienda para ella y su familia. Souad es de Tánger, Marruecos, tiene 35 años y lleva un año y medio en España con su marido y su hijo pequeño. Estudiaba derecho cuando salió de Marruecos, y quiere seguir estudiando en España. Al inicio estuvo viviendo en la Cruz Roja de Pamplona, dentro del Programa Nacional de Refugio. Pero cuando su solicitud de asilo fue denegada, de un día para otro tuvo que buscar vivienda. Recibió apoyo del Centro Padre Lasa y en este momento vive junto a su familia en un piso en Tudela. “La vivienda ha sido aún más difícil que el idioma”, dice. “Para comunicarse es posible utilizar un traductor, aprender día a día… Pero conseguir vivienda se siente como un muro insalvable. Si te oyen el acento es casi imposible que te den paso. Incluso para el alquiler de habitaciones, porque dicen que no aceptan a personas con menores.” Souad quiere seguir estudiando y ser trabajadora social. “Veo a personas recién llegadas y recuerdo lo que he vivido. Me gustaría ayudar. Me siento muy bien en Tudela, porque hay personas que me han echado una mano y ahora son como mi familia”.

 

"Los testimonios de Fátima y Souad evidencian la discriminación social a la que se enfrentan muchas personas migrantes y refugiadas, a las que se le suman discriminación laboral y de otras clases”, subraya Isaac. “Varias asociaciones de personas migrantes hemos creado la Federación de Migrantes de Bizkaia, precisamente para tener fuerza para hacer frente a este tipo de discriminaciones”. Isaac participa en ACAEUS (Asociación de Cameruneses y Camerunesas de Euskadi) que se oficializó en 2008 de la mano de un proceso de Fortalecimiento del Asociativismo promovido por la Fundación Ellacuría. Es también Secretario General de la Federación de Asociaciones de Inmigrantes de Bizkaia.

Isaac reivindica el rol de las organizaciones de personas migrantes como eslabón clave, a pie de calle. “Cuando cambias de país, buscas a personas de tu lugar de origen, que hablen tu idioma y entiendan de verdad lo que estás pasando. A menudo esas personas están en algunas tiendas específicas, bares de paisanos etc. a los que se llega por contacto, pero hay veces que esas redes de personas forman asociaciones. Las asociaciones no podemos escoger un solo tema, porque las personas migrantes no sólo necesitan una cosa: necesitan documentación, un sitio para dormir, formación, y otro tipo de orientaciones más específicas, según de dónde y en qué situación vengan. Nuestras organizaciones son el primer eslabón, pero construimos colaboraciones y redes de apoyo con otras organizaciones. Nadie entiende ni apoya a las personas migrantes como las propias personas migrantes”.

El proyecto Together for Change nace precisamente de la constatación de que quienes viven más directamente las realidades migratorias y sus consecuencias deben ser protagonistas en el debate público y a la hora de buscar soluciones a los problemas que enfrentan las personas migrantes y refugiadas. Desde Fundación Alboan, Fundación Ellacuría, Asociación Loiolaetxea y Centro Padre Lasa sabemos que, a pesar de que haya vallas físicas, burocráticas y de otros tipos, cuando las personas se ven forzadas a migrar buscan la forma de hacerlo. De la mano de Together for Change y otros proyectos, trabajamos por garantizar la vida digna de las personas refugiadas y migrante y abordamos la causa de la movilidad humana con justicia, hospitalidad y corresponsabilidad, contrarrestando el discurso del miedo y el odio. 

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